Los materiales de envases y empaques generalmente se caracterizan por su vida útil y uso corto, por ende, pierden rápidamente su valor agregado.
Desde el punto de vista del metabolismo económico, son aplicaciones ineficientes. En el mundo, y en Colombia, el uso de materiales para envases y empaques se concentra en pocos sectores como el de alimentos (38%), bebidas (18%), farmacéuticos (5%) y cosméticos (3%) (Múnera et al., 2011). Los principales materiales utilizados para los envases y empaques en el mundo y en Colombia son: plástico (75%), papel y cartón (12%), metales (6%), vidrio (6%) y materiales compuestos (1%) (Martínez-Reyes, 2017).
El CONPES 3874 y el Documento Técnico de la Resolución 1407 estiman para el año 2016 un uso de 1,8 millones de material de empaque y envases de los cual el 44% es papel y cartón, el 37% son plásticos, el 10% son metales y el 9 % es vidrio. Según el documento CONPES 3874 de 2016, de todo este volumen, el 83% es dispuesto en rellenos sanitarios y/o botaderos y el 17% es recuperado por recicladores de oficio para su reincorporación al ciclo productivo. Los materiales de empaques de productos exportados no aparecen en las estadísticas de volúmenes. Según información de la SSPD, Del material de empaques y envases puesto en el mercado el papel y cartón es aprovechada en un 66%, el vidrio en un 60%, los metales como aluminio en un 55% y los plásticos solo en un 20%.
Aunque la proporción en la generación de los plásticos es baja, la inadecuada gestión de los plásticos genera una compleja problemática a nivel mundial. Es por tal razón que el gobierno nacional está formulando un plan nacional de plásticos de un solo uso con apoyo de los gremios, la academia, las asociaciones y las ONGs.
En Colombia, los materiales de envases y empaques representan la principal fuente de trabajo para los recicladores quienes recolecten el material como parte del sistema del servicio público de aseo municipal. En el año 2017, 189 organizacónes de recicladores reportaron un total de 18.794 miembros asociados (SSPD-sui 2018. De todos los residuos sólidos domiciliarios aprovechables reportados a la SSPD, (SUI, 2019) el 96% es recolectado por las organizaciones de recicladores de oficio en el marco del servicio público de aseo.
Los desarrollos y fortalecimiento de la gestión de residuos, entre la cual los envases y empaques conforman un flujo prioritario, se ha focalizado principalmente en el desarrollo del servicio público de aseo y la manera en que se atienden las necesidades de disposición adecuada de los residuos generados en los procesos de producción y consumo (CONPES 3874, 2016). Al respecto, aún están pendientes muchos desarrollos normativos, sociales y culturales en torno al aprovechamiento de residuos, con énfasis en el compromiso por parte de las entidades territoriales frente al diseño de sus Planes Integrales de Gestión de Residuos Sólidos – PGIRS, en donde se incluyan proyectos de aprovechamiento y programas de formalización de la población recicladora de oficio (Superservicios & DNP, 2018). También se requiere fortalecer la capacidad institucional de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales y de las Corporaciones Autónomas Regionales, para realizar seguimiento a los Planes de Gestión Ambiental de Residuos de Envases y Empaques presentados por los productores, así como a los PGIRS frente al cumplimiento de las metas de aprovechamiento.
Los materiales de envases y empaques representan grandes oportunidades para la Economía Circular a través (i) del eco-diseño que impulsa la innovación hacia envases y empaques de mayor eficiencia en uso de materiales manteniendo su funcionalidad, y en el uso de materiales con menor impacto a través de todo su ciclo de vida. Se trata de reducir espesores de materiales a través de diseños inteligentes, el diseño que facilite el des-ensamblaje y por ende la reutilización o reciclaje, el uso de materiales reciclables, el uso de nuevos materiales, entre otros; (ii) el aprovechamiento energético de los materiales de envases y empaques; (iii) la simbiosis industrial entre clientes empresariales que intercambian en forma constante materiales que mantienen su valor en la cadena, (iv) armonización normativa para la economía circular incorporando, responsabilidades, tasas, incentivos, que incentiven el cierre de ciclos; (v) la articulación de los esquemas de manejo en el servicio público de aseo con la REP, con inclusión de los prestadores de la actividad de aprovechamiento y organizaciones que adelanten actividades de reciclaje.
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